Para la
concepción constructivista, la educación escolar constituye una práctica social
compleja que cumple dos funciones: promover el desarrollo personal de los
educandos y, facilitar el acceso a los saberes y formas culturales de la
sociedad a la que pertenecen. Esto implica que la institución escolar cubre tanto
una función individualizadora como otra socializadora, además de promover la adquisición
de aprendizajes específicos.
El constructivismo
rechaza la visión del alumno como un mero receptor de conocimientos o del
docente como un simple transmisor. Por el contrario, se pronuncia por el logro
de aprendizajes significativos, a la par que intenta promover conjuntamente los
procesos de aprendizaje y desarrollo humano.
La concepción constructivista se organiza en torno de tres ideas
fundamentales:
el alumno es el responsable último de su propio proceso de
aprendizaje. El es quien construye o más bien reconstruye los saberes de su
grupo cultural, sucediendo que puede ser un sujeto activo cuando manipula,
explora, descubre o inventa, incluso cuando lee o escucha las exposiciones de
otros.
La actividad mental constructivista del alumno se aplica a
contenidos que poseen ya un grado considerable de elaboración. Esto quiere
decir que el alumno no tiene en todo momento que descubrir o inventar en un
sentido literal todo conocimiento escolar. Dado que el conocimiento que se
ensena en las instituciones escolares es en realidad el resultado de un proceso
de construcción a nivel social, los alumnos y profesores.
Para la concepción constructivista, la educación escolar
constituye una práctica social compleja que cumple dos funciones: promover el
desarrollo personal de los educandos y, facilitar el acceso a los saberes y
formas culturales de la sociedad a la que pertenecen. Esto implica que la institución
escolar cubre tanto una función individualizadora como otra socializadora, además
de promover la adquisición de Aprendizajes específicos:
El constructivismo rechaza la visión del alumno como un mero
receptor de conocimientos o del docente como un simple transmisor. Por el
contrario, se pronuncia por el logro de aprendizajes significativos, a la par
que intenta promover conjuntamente los procesos de aprendizaje y desarrollo humano.
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